Introducción
La Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) ha complicado el uso necesario y deseable de datos y inteligencia artificial (IA) en Europa. A pesar de los avances tecnológicos que pueden abordar desafíos sociales importantes, las empresas requieren un marco regulatorio más razonable para aprovechar el potencial de la IA de manera segura y eficiente.
El Desafío de la Regulación
Durante años, se ha considerado un signo de éxito político dentro de la UE adoptar paquetes regulatorios masivos relacionados con fenómenos digitales nuevos, como la Ley de IA, la Ley de Datos y la Ley de Servicios Digitales. Sin embargo, aunque estas iniciativas regulativas abordan problemas correctos, su diseño práctico dificulta que las empresas legítimas cumplan con todas las normas. La falta de revisión y refinamiento de reformas legales existentes, como la GDPR, crea obstáculos injustificados para el uso de la IA, resultando en que Europa quede rezagada en el desarrollo tecnológico global frente a los Estados Unidos y China.
Impacto en la Competitividad Sueca
La competitividad de Suecia depende de la capacidad de las empresas para desarrollar y utilizar IA en áreas como el desarrollo de productos, análisis y seguridad. Para aquellas empresas que no lideran el desarrollo tecnológico, la capacidad de utilizar soluciones de IA desarrolladas por terceros es un factor crucial para el éxito.
Retos y Oportunidades
Según la Comisión de IA del gobierno sueco, existen varios desafíos para las empresas que desean aprovechar las nuevas oportunidades que ofrece la IA, especialmente en relación con la regulación del uso de datos y la IA. Para que Europa sea competitiva en el ámbito de la IA, son necesarias varias medidas urgentes:
- Simplificar el uso de datos personales para entrenar y adaptar sistemas y modelos de IA, siempre que se implementen medidas de mitigación de riesgos. El acceso a grandes volúmenes de datos de alta calidad es esencial para crear modelos y sistemas de IA precisos.
- No cerrar la puerta a la toma de decisiones automatizadas. Las reglas de la GDPR sobre decisiones automatizadas limitan significativamente la capacidad de las empresas para utilizar IA en decisiones que involucran a los clientes. Aunque existen riesgos asociados, la regulación actual es injustificadamente restrictiva.
- Eliminar regulaciones superpuestas y hacer la regulación más basada en riesgos. La legislación sobre fenómenos digitales nuevos a menudo se superpone, creando un marco regulatorio complejo que obstaculiza la innovación.
- Se necesita una revisión general de la Ley de IA para simplificar la regulación. Aunque la intención de crear una regulación basada en riesgos es correcta, la regulación final se ha convertido en un marco burocrático ineficiente.
Conclusión
La IA nunca ha estado ni estará sin regulación. Su desarrollo y uso ya están gobernados por varias áreas del derecho, como la seguridad de productos, la responsabilidad y la discriminación. Es apropiado que los requisitos legales, especialmente en el manejo de datos personales, también se apliquen en el desarrollo y uso de la IA. No obstante, la carga regulatoria general y la falta de claridad en ciertas normas presentan grandes desafíos para las empresas responsables que invierten en IA.
Con el cambio de vientos tras el informe de Mario Draghi sobre los desafíos de competitividad de la UE, la necesidad de reducir la carga regulatoria se discute ahora en serio. Esta conversación es esperada, pero debe ser seguida de acciones concretas, especialmente en lo que respecta a las condiciones para el uso de la IA.
Implementar nuevas ambiciones para aliviar la carga regulatoria sobre las empresas es necesario para contar con una capacidad tecnológica exitosa y bien equipada en Suecia y Europa.