Silicon Valley lucha contra las normas tecnológicas de la UE con el apoyo de Donald Trump
Grandes empresas tecnológicas están adquiriendo confianza en sus esfuerzos por desafiar las regulaciones de la UE, creyendo que el nuevo apoyo de la administración Trump les permitirá combatir lo que consideran reglas hostiles sobre inteligencia artificial y dominancia en el mercado.
La ofensiva de Meta
El propietario de Facebook, Meta, ha liderado este año la carga contra la Ley de IA de la UE, según fuentes familiarizadas con su estrategia. Los cabilderos tecnológicos creen que pueden suavizar la implementación de una ley considerada como el régimen más estricto del mundo sobre esta tecnología de vanguardia.
Silicon Valley también está presionando a Bruselas para limitar la aplicación de la Ley de Mercados Digitales, que combate el abuso de mercado por parte de plataformas en línea importantes y puede imponer multas financieras significativas a las empresas.
Respaldo político nuevo
La causa de estas empresas ha sido reforzada por la nueva administración. El vicepresidente JD Vance utilizó su reciente viaje a Europa para criticar la legislación de la UE sobre tecnología, denunciando las «reglas internacionales onerosas» del bloque. También pidió una regulación de IA que no «estrangule» el sector en rápida evolución.
Los cabilderos de otras grandes empresas tecnológicas señalaron la presencia de ejecutivos tecnológicos durante la inauguración de Donald Trump, como Sundar Pichai de Google, Jeff Bezos de Amazon y Tim Cook de Apple, como una ilustración de la nueva realidad política en Washington.
Compromiso de la UE
La jefa de tecnología de la UE, Henna Virkkunen, declaró que Europa está «totalmente comprometida con hacer cumplir nuestras reglas», a pesar de la presión de EE. UU. Sin embargo, a principios de este mes, la Comisión Europea retiró su propuesta de Directiva de Responsabilidad de IA, diseñada para hacer que las empresas tecnológicas paguen por cualquier daño causado por herramientas o sistemas de IA, como parte de un impulso más amplio hacia la desregulación desde Bruselas.
Virkkunen mencionó que la decisión se tomó para fomentar las inversiones en IA debido a la presión de las empresas tecnológicas de EE. UU.
Movimientos estratégicos
Algunos funcionarios de la industria europea e legisladores interpretaron el movimiento como una señal de que limitar las acciones contra las grandes empresas tecnológicas podría convertirse en una moneda de cambio en negociaciones transatlánticas sobre comercio o incluso el compromiso de Washington con la seguridad europea.
La batalla más inmediata se centrará en el código de práctica de IA, que se espera para abril y que esbozará cómo las empresas pueden implementar las reglas de su Ley de IA histórica.
Resistencia de Meta
Meta ha dejado claro que no se adherirá al código voluntario, con el principal cabildero de la empresa, Joel Kaplan, advirtiendo que impone requisitos «inviables desde el punto de vista técnico». También advirtió que China podría ganar la carrera de IA sin una asociación de EE. UU. con Europa en este ámbito.
El grupo de redes sociales, liderado por Mark Zuckerberg, se sintió abandonado por la administración Biden anterior en su oposición a la regulación de la UE, según múltiples fuentes. Sin embargo, ahora siente que la administración de EE. UU. apoya su perspectiva y puede ejercer más presión sobre el bloque.
Críticas a la regulación
En septiembre, la empresa encabezó una carta abierta, cofirmada por 50 otros grupos, incluyendo a Ericsson de Suecia y Spotify, argumentando que el marco regulatorio de Europa sofoca la innovación y deja al continente rezagado en el desarrollo de IA.
Meta también ha declarado que no puede enviar modelos de lenguaje de gran tamaño multimodales ni su último asistente de IA en la UE debido a las reglas de privacidad del bloque. Otras empresas tecnológicas de EE. UU., como Google, también han aumentado sus críticas a la regulación de la IA.
Consecuencias de la Ley de Mercados Digitales
Otro impulso clave del cabildeo de Big Tech es la aplicación de la Ley de Mercados Digitales, diseñada para abordar la dominancia de los llamados guardianes digitales de las plataformas en línea más grandes.
Si se determina que las empresas no cumplen, enfrentan multas elevadas que podrían ascender hasta el 10% de su facturación global. Apple, Meta y la empresa matriz de Google, Alphabet, han sido objeto de investigaciones después de que las nuevas reglas entraran en vigor en 2023. Sin embargo, desde la victoria electoral de Trump en noviembre, la Comisión Europea está reevaluando sus investigaciones.
Reacciones de Trump
Trump ha atacado directamente las multas de la UE a las empresas estadounidenses, llamándolas una «forma de impuestos» en el Foro Económico Mundial en Davos el mes pasado.
Los grupos de Silicon Valley están buscando ya sea la reapertura de la DMA o la emisión de clarificaciones que delimiten su alcance y brinden una guía más explícita sobre cómo se aplica.
Una aplicación más débil significaría que la UE desistiría de imponer multas bajo la regulación, argumentó un alto directivo de una gran empresa tecnológica de EE. UU. La «influencia Trump» significa que existe una amenaza de repercusiones diplomáticas si las empresas más grandes de América reciben sanciones.
Perspectivas futuras
La mayoría de los líderes europeos parecen reacios a confrontar a EE. UU. en temas tecnológicos, lo que podría tener implicaciones más amplias y de seguridad, según Giorgos Verdi, un investigador en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Verdi argumentó que esto no solo sentaría un mal precedente para el enfoque regulatorio de la UE, «sino que podría incluso alentar a Trump y sus aliados tecnológicos, quienes verían la inacción como una señal de debilidad».
Decenas de empresas tecnológicas y ONG ya han llamado a la UE a hacer cumplir adecuadamente sus reglas digitales y han acusado a Big Tech de «intentar movilizar a la administración Trump» y de «sofocar competidores potenciales».
La representante de la Comisión Europea, Virkkunen, afirmó que el cabildeo no cambiaría sus reglas, recordando a las empresas de EE. UU. que «la Unión Europea es uno de los mercados más grandes para Big Tech».