Advertencia de los eurodiputados sobre la dilución de las regulaciones de riesgo de IA
Un grupo de eurodiputados ha expresado su gran preocupación ante la Comisión Europea en Bruselas por los planes de modificar el código de práctica establecido en la nueva legislación que regula el uso de la inteligencia artificial (IA).
Preocupaciones sobre la legislación propuesta
Los siete eurodiputados, entre ellos Kim van Sparrentak de los Países Bajos, han estado trabajando en la legislación junto con la comisión y los estados miembros. Sin embargo, ahora afirman que la comisión ha propuesto diluir el código, haciéndolo completamente voluntario para los proveedores de sistemas de IA de propósito general en cuanto a la evaluación y mitigación de riesgos para los derechos fundamentales y la democracia.
Van Sparrentak comentó en redes sociales que el cambio de postura de la comisión es increíble. “El último código de práctica de la Ley de IA pone en grave peligro el núcleo de la misma. Los derechos fundamentales y la democracia no son opcionales. Estos son riesgos sistémicos que deben ser evaluados y mitigados sin un complicado laberinto de criterios adicionales”, expresó.
Implicaciones de la modificación
La modificación significa, según el Volkskrant, que las empresas tecnológicas detrás de sistemas como ChatGPT, Copilot y DeepSeek ya no tendrían que probar sus sistemas para detectar contenido discriminatorio o racista. Además, esto podría permitir que los sistemas estén bajo presión política para adoptar posturas más extremas o facilitar la interferencia en elecciones extranjeras.
Los firmantes de la carta argumentan que hacer que esta parte del código sea voluntaria nunca fue la intención del acuerdo y consideran que “es peligroso, antidemocrático y crea incertidumbre legal reinterpretar y restringir completamente un texto legal sobre el que los co-legisladores han llegado a un acuerdo”.
Demandas a la Comisión Europea
Están pidiendo a la comisión que asegure que el código de práctica “refleje los principios fundamentales de la Ley de IA y proteja a nuestra sociedad contra riesgos sistémicos para la salud, la seguridad, los derechos fundamentales y la democracia”.
Las empresas tecnológicas estadounidenses, en particular, han estado haciendo campaña contra lo que consideran una sobrerregulación en Europa. El mes pasado, el presidente Donald Trump pidió aranceles sobre los países que obstaculizan la competitividad global de las “empresas estadounidenses”.
Esta iniciativa se dirige específicamente al sector tecnológico de EE. UU., que la Casa Blanca afirma es víctima de “extorsión y multas injustas” en el extranjero.
Conclusión
La discusión en torno a la dilución de las regulaciones de riesgo de IA es solo un ejemplo de cómo las políticas tecnológicas deben equilibrar la innovación con la protección de los derechos fundamentales. A medida que la tecnología avanza, es crucial que las regulaciones evolucionen para salvaguardar la democracia y los derechos de los ciudadanos.