Los peligros de la IA en manos del estado
La integración no controlada de la inteligencia artificial en la gobernanza amenaza los derechos humanos, la responsabilidad y los principios democráticos, al tiempo que permite el exceso de poder estatal.
Una mirada general
La IA es, sin duda, la tecnología más transformadora desarrollada en décadas, con un potencial para reconfigurar radicalmente nuestras economías y sistemas sociopolíticos. Sin embargo, su potencial de abuso se incrementa significativamente en manos de los gobiernos.
Los gobernantes pueden otorgarse poderes especiales y eximirse de leyes que aplican a los ciudadanos y empresas privadas, lo que a menudo lleva a la suspensión de libertades individuales en situaciones de «emergencia».
La pendiente resbaladiza
Desde hace años, los defensores de la privacidad han expresado preocupaciones sobre los excesos de la vigilancia gubernamental. Las herramientas de reconocimiento facial y los algoritmos de policía predictiva son ejemplos claros de cómo la IA puede ser utilizada para controlar a la población.
La idea de la policía predictiva, que utiliza grandes conjuntos de datos para prever crímenes futuros, puede llevar a que individuos sean marcados como de alto riesgo, incluso sin haber cometido ningún delito. Esto podría crear una sociedad donde los ciudadanos son tratados como sospechosos, culpables hasta que se demuestre lo contrario.
Abusos orwellianos
Además, la IA puede ser utilizada para centralizar el poder y forzar la conformidad a través de la supresión de la libertad de expresión. La manipulación de la información y la creación de deepfakes permiten a los gobiernos fabricar evidencias o desacreditar a opositores políticos.
Los sistemas de créditos sociales, como los utilizados en China, también presentan riesgos significativos, al combinar información financiera, comportamientos sociales y opiniones políticas en un sistema de puntuación que puede distribuir recompensas y sanciones automáticamente.
Aplicaciones militares
Los riesgos aumentan exponencialmente en el contexto militar. Los sistemas de armas semiautónomas pueden utilizarse para identificar y atacar grupos étnicos o políticos específicos, facilitando atrocidades y crímenes contra la humanidad.
El fin de la responsabilidad
La falta de responsabilidad en las burocracias gubernamentales se verá amplificada por la IA. Los funcionarios públicos podrán desviar la culpa hacia sistemas opacos, dificultando la identificación de responsables en caso de errores que dañen a los ciudadanos.
Escenarios futuros
Más probable: Un futuro distópico
La carrera por la IA entre los estados parece imparable, y es probable que los aspectos distópicos mencionados se materialicen pronto. La única forma realista de corregir este rumbo sería a través de una fuerte oposición pública.
Menos probable: Resistencia de luchadores por la libertad
Es posible que individuos y grupos privados utilicen herramientas de IA para contrarrestar los sistemas estatales, monitorizando abusos y apelando decisiones.
Menos probable: Funcionarios electos actúan responsablemente
Finalmente, el escenario menos probable sería que los gobiernos establezcan regulaciones estrictas contra el abuso de la IA, utilizando la tecnología solo para mejorar la eficiencia y reducir la burocracia.
Sin embargo, el riesgo de que la «misión creep» se instale es alto. La adopción de la IA en la gobernanza podría llevar a una pérdida de la democracia y a una sociedad controlada por algoritmos.