La nueva ley de IA de la UE entra en vigor: ¿Qué significa para Chequia?
La nueva Ley de Inteligencia Artificial (IA) de la UE, que entra en vigor hoy, 1 de abril, tiene como objetivo mejorar la protección de la privacidad y crear certezas legales para las empresas en todos los Estados miembros. Sin embargo, expertos y líderes de la industria en Chequia advierten que la regulación podría ahogar la innovación y desviar inversiones de la región.
¿Qué hace exactamente la ley?
La nueva regulación introduce regulaciones más estrictas sobre las aplicaciones de inteligencia artificial, prohibiendo ciertos usos de alto riesgo, como el reconocimiento facial en tiempo real y la evaluación automatizada de currículos para solicitudes de empleo. Clasifica los sistemas de IA en cuatro categorías basadas en su nivel de riesgo, enfocándose particularmente en los sistemas de IA de alto riesgo y prohibidos.
Prohíbe sistemas de IA que manipulan o engañan a las personas, explotan vulnerabilidades o discriminan de manera injusta. También se prohíben sistemas que evalúan el riesgo criminal basado en rasgos de personalidad, desarrollan bases de datos sin consentimiento, inferen emociones en ciertos contextos o utilizan datos biométricos para deducir información sensible.
Además, restringe la identificación biométrica remota en tiempo real en espacios públicos para la aplicación de la ley, excepto en situaciones de alto riesgo específicas.
Las empresas que no cumplan con la prohibición de estas prácticas de IA podrían enfrentarse a multas de hasta 35 millones de euros (874 millones de CZK) o hasta el 7 por ciento de su facturación anual mundial total.
¿Qué dicen los expertos de la industria?
Los defensores argumentan que la ley protegerá los derechos de los ciudadanos. “No queremos un sistema de puntuación social como en China, y la Ley de IA debería ayudar a prevenir eso”, comentó Petra Stupková de la Asociación Checa de Inteligencia Artificial. Sin embargo, reconoció que algunas restricciones podrían necesitar ajustes para acomodar la investigación y la innovación.
A pesar de estas garantías, los críticos sostienen que la Ley de IA añade otra capa de burocracia, haciendo de Europa un destino menos atractivo para la inversión en IA. El año pasado, las empresas de EE. UU. invirtieron alrededor de 100 mil millones de USD (2.3 billones de CZK) en desarrollo de IA, diez veces más que Europa. Países en el Medio Oriente y China también están superando a la UE en inversión y adopción de IA.
“La UE carece de sus propios modelos de IA fundamentales, redes sociales y canales de distribución”, dijo Jan Romportl, un experto en inteligencia artificial. “Ya estamos quedándonos atrás, y otra regulación solo empeorará la situación”.
¿Una pendiente resbaladiza?
Una preocupación clave es el potencial de exenciones que podrían permitir aplicaciones de IA restringidas, como el reconocimiento facial en escenarios específicos. Por ejemplo, el Aeropuerto Václav Havel de Praga ya utiliza cámaras de seguridad impulsadas por IA, y los legisladores están debatiendo su uso en estadios de fútbol para mejorar la seguridad. Esto podría llevar a un uso indebido fácil, advierten algunos.
El miembro del parlamento checo, Patrik Nacher, apoya la idea pero advierte contra una implementación más amplia. “No quisiera que esto se convirtiera en una pendiente resbaladiza, donde el reconocimiento facial se expanda de los estadios a las discotecas y eventualmente a los restaurantes”, afirmó.
El riesgo de ahogar la innovación
Más allá de las startups, las empresas de tecnología más grandes también pueden reconsiderar su presencia en el mercado europeo y checo debido a los altos costos de cumplimiento regulatorio. La Ley de IA incluye penalizaciones significativas, calculadas como un porcentaje de la facturación total de una empresa.
“Un día, incluso gigantes tecnológicos como Meta podrían decidir que es suficiente”, advirtió Zdeněk Valut, director de YDEAL Group. Patrik Tovaryš de Meta compartió este sentimiento, argumentando que la regulación a menudo ha obstaculizado, en lugar de fomentar, la innovación en Europa.
Con empresas occidentales que podrían reducir su escala, los expertos temen que las compañías chinas puedan intervenir, aumentando su influencia sobre la infraestructura de IA en Europa. “China a menudo ofrece inversión en gobernanza digital a cambio de utilizar sus herramientas de IA”, explicó Valut. “Eso plantea un riesgo real de que los datos europeos caigan en manos de gobiernos extranjeros”.