La nueva Ley de IA de la UE restringe los sistemas de reconocimiento emocional en los lugares de trabajo
La reciente implementación de la Ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea ha generado un impacto significativo en el uso de tecnologías de reconocimiento emocional en entornos laborales. Esta legislación se centra en proteger la privacidad de los trabajadores y abordar los posibles sesgos asociados con la detección emocional impulsada por la IA.
Restricciones en el uso de sistemas de reconocimiento emocional
Las nuevas directrices prohíben el uso de sistemas de IA que infieran emociones a partir de datos biométricos, como los movimientos corporales, las posturas o las teclas presionadas. Esto incluye:
- Monitorización emocional en equipos de trabajo híbridos a través de llamadas de video.
- Uso de cámaras en supermercados para rastrear las emociones de los empleados.
- Implementación de sistemas de reconocimiento de voz en centros de atención telefónica para seguir los estados emocionales de los trabajadores.
Sin embargo, se permiten excepciones para el uso de estas herramientas con fines de entrenamiento personal, siempre que los datos no sean compartidos con el departamento de recursos humanos y que no impacten en la evaluación o promoción del empleado.
Abordando los riesgos de privacidad de la IA
Este movimiento busca mitigar las preocupaciones sobre la privacidad y la posibilidad de sesgos en la detección emocional. Los sistemas de reconocimiento emocional han suscitado preguntas éticas debido a la variabilidad en la expresión emocional en diferentes culturas e individuos. La prohibición pretende proteger la dignidad de los trabajadores y prevenir prácticas discriminatorias.
A pesar de estas restricciones, existen excepciones para los sistemas de IA utilizados para monitorear estados emocionales en contextos médicos o relacionados con la seguridad. Por ejemplo, la IA puede ser utilizada en entornos de alto riesgo, como fábricas o sitios de construcción, para identificar signos de estrés o burnout, siempre que la tecnología esté directamente relacionada con el bienestar y la seguridad del empleado.
Aplicación de la Ley de IA de la UE
La Ley de Inteligencia Artificial de la UE fue promulgada en agosto de 2024 y será completamente aplicable a partir del 2 de agosto de 2026. Su objetivo es proporcionar certeza legal a aquellos que ofrecen o implementan sistemas de inteligencia artificial en el mercado europeo, así como a las autoridades de vigilancia del mercado. Es importante señalar que las directrices no son legalmente vinculantes.
En conclusión, la restricción del uso de sistemas de reconocimiento emocional en los lugares de trabajo refleja una creciente preocupación por la ética y la privacidad en la aplicación de tecnologías avanzadas. La UE busca así establecer un marco que garantice un uso responsable de la IA, protegiendo al mismo tiempo los derechos de los trabajadores.