Navegando la IA Responsable para la Acción Climática
El informe de Brundtland de 1987 de las Naciones Unidas definió el desarrollo sostenible como «el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades». Esta definición resalta la importancia de equilibrar las demandas actuales y la protección de los recursos futuros en la era de la inteligencia artificial (IA).
Hoy en día, la IA se caracteriza por una clara dicotomía: si bien promueve la eficiencia y soluciones creativas a problemas ambientales y sociales desafiantes, también plantea demandas de recursos que están empezando a acercarse a las necesidades de consumo energético de países enteros.
Uso de la IA para el Bien Común
Numerosos casos de uso con un enfoque ambiental han surgido a medida que la IA se vuelve cada vez más prevalente en diversas industrias y áreas geográficas. Un ejemplo notable es el movimiento IA para el Bien, respaldado por instituciones como las Naciones Unidas, que se centra en cómo la IA puede utilizarse para ayudar a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), muchos de los cuales están enfocados en combatir el cambio climático (por ejemplo, el ODS 13).
Según el Think Tank del Parlamento Europeo, la IA podría utilizarse para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo entre un 1.5% y un 4% para el año 2030, lo que ayudaría a alcanzar el ODS 13.
Huella Ambiental de la IA
Dado que la IA tiene el potencial de afectar al planeta, a las personas y a las ganancias, también conlleva una significativa responsabilidad para regular sus efectos. A continuación, se presentan algunos de los costos ambientales asociados con la IA:
- Consumo de energía: Los modelos de IA requieren una cantidad significativa de potencia de procesamiento debido a su complejidad, lo que lleva a un considerable consumo energético, especialmente durante el período de entrenamiento.
- Emisiones de gases de efecto invernadero (GEI): Las grandes cantidades de energía necesarias para operar sistemas de IA a menudo desencadenan significativas emisiones de GEI, especialmente si esa energía proviene de plantas de energía no renovables.
- Consumo de agua: Los centros de datos, que son esenciales para entrenar e implementar modelos de IA, necesitan sistemas de refrigeración que consumen grandes cantidades de agua, lo que puede agravar la escasez en áreas ya afectadas.
- Desperdicio electrónico (e-waste): La fabricación y disposición de servidores, GPU y otras tecnologías especializadas generan una gran cantidad de extracción de recursos, emisiones de fabricación y desechos electrónicos.
Rumbo hacia un Futuro Sostenible
La emergencia climática actual requiere la movilización de todos los actores en la ciencia, la industria, la política y la sociedad civil. El Grupo de Trabajo de IA Responsable (RAI WG) de la Asociación Global sobre IA (GPAI) ha formado un Comité sobre Acción Climática y Preservación de la Biodiversidad para abordar las preocupaciones sobre el potencial de la IA para apoyar la acción climática.
Dado que la IA es una herramienta multifuncional, debe desarrollarse de manera responsable en todos los contextos. Algunos principios universales de la IA responsable incluyen la equidad, la responsabilidad, la seguridad, la privacidad y la robustez.
Recomendaciones para Gobiernos
Para mitigar los efectos negativos de la IA, se recomienda que los gobiernos:
- Se abstengan de apoyar directamente aplicaciones que entren en conflicto con los objetivos climáticos.
- Prioricen el cambio climático al fomentar el desarrollo de tecnologías habilitadas por IA.
- Aseguren que las normativas de informes y precios del carbono incluyan correctamente la computación en la nube.
- Adquieran servicios de IA y computación solo de empresas que se hayan comprometido con un objetivo de cero emisiones netas.
En conclusión, aprovechar el potencial de la IA para combatir el cambio climático y mejorar la colaboración internacional requerirá un enfoque coordinado hacia la ética, la transparencia y la responsabilidad. Los interesados pueden abordar efectivamente los desafíos climáticos utilizando el poder revolucionario de la IA, siempre que se mantengan estándares éticos y se fomenten prácticas responsables en el uso de la IA.