La incorporación de la IA en los marcos de sostenibilidad es ahora una necesidad
A medida que las instituciones financieras y los proveedores de calificaciones ESG y sostenibilidad navegan por crecientes requisitos regulatorios y de datos, la inteligencia artificial (IA) se está convirtiendo en un habilitador poderoso, aunque también representa un riesgo potencial.
Desde el aumento de la eficiencia en la información sostenible hasta la generación de nuevos dilemas éticos y preocupaciones de gobernanza, la IA está reformulando la forma en que se implementan, monitorean y gobiernan las iniciativas de ESG y sostenibilidad.
Para los inversores sostenibles y las empresas de inversión, la IA debe ser un área de interés genuino en los próximos años.
Eficiencia: Escalando el ESG sin comprometer estándares
La IA se está convirtiendo en un recurso crucial para ayudar a las firmas financieras a cumplir con la complejidad de los informes de ESG y sostenibilidad. Con regulaciones como la Directiva de Información sobre Sostenibilidad Corporativa de la Unión Europea (CSRD) que se aplicará a casi 50,000 empresas para 2026, las firmas deben recopilar, validar y divulgar datos mucho más granulares, a menudo a través de miles de proveedores.
Las herramientas impulsadas por IA pueden automatizar este trabajo pesado, facilitando el cumplimiento de los evolutivos regímenes de divulgación de manera más rápida y rentable.
La IA ya está mejorando la recopilación de datos ESG y de sostenibilidad, permitiendo escalar sin sacrificar la calidad. La automatización apoya la extracción, clasificación y validación oportuna de información a través de clases de activos y geografías, ayudando a los clientes a mantenerse al día con un perímetro regulatorio en expansión.
Sin embargo, estas ganancias tienen un costo ambiental. Entrenar modelos de IA grandes y operar centros de datos consume enormes cantidades de energía y agua, lo que contribuye a las emisiones y al estrés de los recursos.
Como resultado, los reguladores están prestando mucha atención. La Comisión Europea, por ejemplo, está considerando requisitos específicos para que las empresas informen sobre la huella ambiental de su uso de IA.
Ética: Alineando inteligencia con impacto
La IA está abriendo nuevas posibilidades para la inversión ética y de impacto. Los algoritmos avanzados pueden monitorear continuamente las carteras para alinear con las preferencias ESG, adaptarse a nuevas controversias y ajustar exposiciones dinámicamente, aportando mayor personalización y capacidad de respuesta a las estrategias de inversión sostenible.
No obstante, la IA también introduce riesgos éticos. Sin una gobernanza robusta, los modelos pueden perpetuar sesgos sistémicos, fomentar la exclusión o generar resultados opacos que socavan la confianza.
La Ley de Inteligencia Artificial de la UE, adoptada en 2024, ahora clasifica muchas aplicaciones financieras de IA—como la evaluación de crédito o la construcción automatizada de carteras—como de «alto riesgo», requiriendo rigurosos estándares de transparencia, gobernanza de datos y supervisión humana.
Mientras tanto, la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido (FCA) ha identificado el sesgo algorítmico como un riesgo directo para la protección del consumidor y la integridad del mercado.
Gobernanza: Construyendo confianza en las finanzas impulsadas por IA
La gobernanza se sitúa en el corazón del enfoque de Europa hacia la regulación de la IA. La Ley de IA de la UE exige que las herramientas de servicios financieros que utilizan IA cumplan con estrictos estándares de calidad de datos, explicabilidad y gestión de riesgos. Esto incluye herramientas enfocadas en ESG—como plataformas de calificación y análisis impulsadas por IA—que necesitarán una documentación clara sobre cómo se aplica, verifica y supervisa la IA.
A partir de 2026, los proveedores de calificaciones de ESG y sostenibilidad en la UE también estarán sujetos a la Regulación sobre la Transparencia e Integridad de las Actividades de Calificación ESG (UE 2024/3005). Esta regulación introduce la divulgación obligatoria de metodologías basadas en IA, la trazabilidad de las fuentes de datos y requisitos para mitigar conflictos de interés—reforzando aún más el vínculo entre la integridad tecnológica y la credibilidad de la sostenibilidad.
Los reguladores del Reino Unido están alineados en principio. La FCA ahora espera que las firmas implementen una responsabilidad a nivel de junta para los sistemas de IA, con una comprensión clara de los resultados y riesgos de los modelos. Las firmas que no puedan explicar o monitorear el funcionamiento de sus herramientas de IA pueden enfrentar sanciones por no cumplir con las expectativas regulatorias.
Conclusión: Una transformación dual
La intersección de la IA y el ESG está impulsando una transformación dual—ampliando lo que es posible en las finanzas sostenibles, al mismo tiempo que exige un mayor cuidado en cómo se despliega la tecnología. Para las instituciones financieras, el mensaje es claro: la gobernanza de ESG y la gobernanza de IA ya no pueden tratarse de manera aislada.
Para tener éxito, las firmas deben incorporar la IA dentro de los marcos de sostenibilidad—no solo para mejorar los informes de ESG y los resultados de sostenibilidad, sino también para garantizar que los medios utilizados para lograr estos objetivos sean tan responsables como los fines.