La Regulación de la IA No es Suficiente. Necesitamos Moral en la IAh2>
Recientemente, se ha enfatizado la necesidad de que los b>constructores de IAb> cultiven el b>discernimiento moralb> como parte fundamental de su trabajo, desarrollando sistemas que reflejen b>justiciab>, b>solidaridadb> y un auténtico b> respeto por la vidab>.p>
Algunos líderes tecnológicos han ridiculizado tales llamados, pero es un error. No solo necesitamos b>regulaciónb> de la IA; necesitamos b>moralb> en la IA.p>
La Filosofía de la Tecnologíah3>
Cada tecnología conlleva una b>filosofíab>, ya sea que lo admitamos o no. Por ejemplo, la b>imprentab> diseminó el conocimiento y debilitó jerarquías, la b>electricidadb> disolvió distancias, y el b>internetb> rompió la barrera entre la vida pública y privada. La inteligencia artificial podría ser la más reveladora, ya que nos obliga a enfrentar lo que, si es que hay algo, es b>únicamente humanob>.p>
Desafíos de la Regulaciónh3>
Los gobiernos están intentando ponerse al día. La b>Ley de IA de la Unión Europeab> es el intento más ambicioso hasta ahora para regular el b>aprendizaje automáticob>. En los Estados Unidos, se han producido órdenes y planes para la regulación de la IA. Sin embargo, el lenguaje de b>seguridadb> domina, como si la ética pudiera ser un b>checklistb> que se codifique y despliegue.p>
Las reglas son necesarias. Pueden limitar el daño, disuadir el abuso y proporcionar responsabilidad. Pero no pueden indicarnos qué tipo de mundo queremos construir. La regulación responde al b>cómob>, pero rara vez responde al b>por québ>. La ética tratada como cumplimiento se convierte en un proceso estéril de b>gestión de riesgosb> en lugar de reflexión moral.p>
La Responsabilidad Moralh3>
La pregunta más profunda no es si las máquinas pueden pensar, sino si los humanos aún pueden elegir. Los algoritmos automatizados ya moldean lo que leemos, dónde invertimos y en quién o qué confiamos. Cuando las decisiones se delegan a modelos de datos, la b>responsabilidad moralb> se desplaza del humano a lo mecánico.p>
Describir la ética en términos computacionales es erróneo; la b>concienciab> no se puede ajustar como un parámetro. Se desarrolla a través de la b>empatíab>, la b>culturab> y la b>experienciab>.p>
Dignidad Humana y Capitalh3>
La dignidad humana es un concepto que exige que el valor de una persona sea intrínseco, no medido en puntos de datos o producción económica. Sin embargo, este principio está ausente en la mayoría de las conversaciones sobre la IA. El capital desempeña un papel poderoso aquí; lo que se financia, se construye. Si construimos sistemas que b>explotan la atenciónb> o b>refuerzan sesgosb>, no podemos sorprendernos cuando la sociedad se vuelve más distraída y dividida.p>
La b>debida diligencia éticab> debería ser tan rutinaria como la debida diligencia financiera. Antes de preguntar cuán grande podría llegar a ser una tecnología, debemos preguntarnos qué tipo de comportamiento incentiva, qué dependencias crea y a quién deja atrás.p>
El Futuro de la Inteligencia Artificialh3>
El desafío de nuestra era es mantener la b>inteligencia moralb> en sintonía con la inteligencia de las máquinas. Debemos usar la tecnología para expandir la b>empatíab>, la b>creatividadb> y la b>comprensiónb>, no para reducir la complejidad humana en patrones de predicción.p>
La moralidad de la próxima década no será enseñar a las máquinas lo que es correcto o incorrecto, sino recordarnos a nosotros mismos que la b>responsabilidad moralb> no puede delegarse. La inteligencia sin b>empatíab> nos hace más astutos, pero no más sabios; el progreso sin b>concienciab> nos hace más rápidos, pero no mejores.p>
El futuro será moldeado no por la astucia de nuestros algoritmos, sino por la profundidad de nuestra b>imaginación moralb>.p>