La ética de la IA en el contexto de la rivalidad tecnológica entre EE.UU. y China
A medida que la rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China se profundiza, una agencia de la ONU está promoviendo estándares globales sobre la ética de la inteligencia artificial (IA). En este contexto, la UNESCO celebró su tercer Foro Global sobre la Ética de la IA en Bangkok del 25 al 27 de junio, con el objetivo de difundir sus recomendaciones globales.
El evento reunió a más de 1,000 participantes, incluidos 35 ministros de Asia-Pacífico, África y América Latina. Sin embargo, se notó la ausencia de importantes actores de la IA como OpenAI y Google, así como de delegaciones de EE.UU. y China.
La Directora General de UNESCO, Audrey Azoulay, instó a gobiernos, empresas y sociedades civiles a colaborar en un marco internacional que garantice que la IA sirva al bien común.
El Primer Ministro de Tailandia, Paetongtarn Shinawatra, presentó planes para capacitar a 90,000 profesionales de IA e invertir más de 15 mil millones de dólares en infraestructura de IA. Los funcionarios tailandeses también enfatizaron una postura neutral en la lucha por el poder tecnológico global.
Reflexiones sobre el desarrollo de políticas de IA
1. Poderes regionales desarrollando políticas independientes de IA en medio de tensiones entre grandes potencias
El enfoque de Tailandia demuestra cómo las potencias medias están trazando sus propios caminos de gobernanza de IA en lugar de elegir bandos en la rivalidad EE.UU.-China. El Primer Ministro Shinawatra declaró explícitamente que Tailandia “no tomaría partido en la competencia entre EE.UU. y China”, mientras detallaba ambiciosos objetivos nacionales.
Esta postura independiente refleja un patrón más amplio entre las naciones de ASEAN, que se están volviendo más asertivas en la política tecnológica, como lo demuestra la fuerte representación de responsables políticos regionales en el foro de UNESCO a pesar de la ausencia de delegaciones gubernamentales estadounidenses y chinas.
El foro proporcionó una plataforma específicamente para que las voces de los países del sur global articularan sus prioridades únicas, con el responsable de ética de IA de UNESCO, Irakli Khodeli, señalando que las naciones tienen enfoques divergentes, algunos enfatizando la seguridad mientras que otros priorizan el acceso a las tecnologías de IA.
Esta independencia regional está surgiendo precisamente cuando un consenso global parece cada vez más improbable, como lo demuestra los recientes movimientos legislativos de EE.UU. para prohibir herramientas de IA relacionadas con China, como DeepSeek, de su uso federal.
2. La traducción de principios éticos de IA en gobernanza ejecutable sigue siendo un desafío crítico
La “metodología de evaluación de preparación” de UNESCO representa el difícil camino desde principios amplios hacia una implementación práctica en la gobernanza de IA. El enfoque de cuestionario para los gobiernos, que plantea preguntas específicas como “¿Hay una consideración específica para el impacto de la IA en el uso de la tierra y el agua?”, demuestra la evaluación granular necesaria para pasar de recomendaciones abstractas a políticas concretas.
El hecho de que más de 70 países hayan participado en esta metodología muestra un interés genuino en la implementación, aunque Khodeli tuvo que defender que “no es un lugar de charla, es un taller para que los miembros intercambien notas”.
Los desafíos para hacer cumplir los estándares éticos de IA se ven agravados por la naturaleza no vinculante de la mayoría de los acuerdos internacionales sobre IA y el ritmo sin precedentes del desarrollo tecnológico que complica la supervisión y el cumplimiento.
Esta brecha de implementación existe a pesar del progreso inicial en el compromiso diplomático, como lo demuestra la participación de China en la cumbre de seguridad de IA en Gran Bretaña y el diálogo entre Biden y Xi en San Francisco que reconoció la importancia estratégica de alinear intereses en el desarrollo de IA.