Cómo Estados Unidos desechó cualquier preocupación sobre la seguridad de la IA tras la llegada de Donald Trump a la presidencia
Desde que Donald Trump asumió la presidencia en enero de 2025, la administración estadounidense ha adoptado un enfoque deregulatorio en temas de inteligencia artificial (IA), ignorando las preocupaciones sobre su seguridad. Este cambio se produjo rápidamente, con la firma de varios decretos ejecutivos que buscaban eliminar las barreras para el liderazgo estadounidense en este campo.
Un nuevo enfoque hacia la IA
La administración de Trump ha declarado su intención de lograr y mantener un dominio tecnológico global indiscutido. Este enfoque se centra exclusivamente en argumentos económicos y de competitividad, dejando de lado cualquier discusión sobre los riesgos asociados con la tecnología de IA, que había sido un tema central durante la administración anterior.
Por ejemplo, las regulaciones sobre AI que se habían establecido bajo la presidencia de Joe Biden mostraban una alineación con las directrices de la Unión Europea (UE). Sin embargo, con la llegada de Trump, estas preocupaciones han sido completamente desestimadas.
Investigación y regulaciones
Trump no solo ha hecho caso omiso de las preocupaciones sobre la IA, sino que también ha lanzado investigaciones sobre las leyes digitales impuestas por la UE, como el Digital Markets Act y el Digital Services Act, que buscan regular el poder digital y las plataformas de redes sociales. Este movimiento ha sido visto como una forma de chantaje regulatorio, donde la UE se ve presionada para flexibilizar sus normas a fin de evitar represalias económicas.
La falta de regulación en EE. UU. contrasta con la creciente tendencia global hacia la regulación de la IA, lo que podría llevar a un aumento en los abuses de poder por parte de empresas tecnológicas. Esto plantea serias preguntas sobre el futuro de la cooperación regulatoria entre EE. UU. y la UE, especialmente dado que la UE ha hecho de la regulación digital uno de sus pilares desde 2020.
Consecuencias de un enfoque deregulatorio
Las decisiones tomadas por la administración de Trump han suscitado preocupaciones sobre la fuga de derechos y la protección de los ciudadanos en un entorno digital cada vez más desigual. La ausencia de estándares claros para la IA puede llevar a un aumento en los escándalos relacionados con la privacidad y la seguridad de los datos, como ha ocurrido en el pasado con las grandes plataformas tecnológicas.
A medida que la administración de Trump continúa por este camino, es crucial que los reguladores se concentren en las necesidades de las personas y no en los intereses de un pequeño grupo de empresas tecnológicas. La falta de protección para los ciudadanos podría resultar en consecuencias devastadoras para la sociedad en su conjunto.
Reflexiones finales
El desafío de regular la inteligencia artificial es evidente. Las políticas que no priorizan la seguridad y el bienestar de los ciudadanos probablemente llevarán a un aumento de la desigualdad y a una erosión de los valores democráticos establecidos. La cooperación entre EE. UU. y la UE en este ámbito es más importante que nunca, y la falta de acción puede llevar a una crisis de confianza en las tecnologías que forman parte integral de nuestras vidas.