Las comunidades descentralizadas pueden solucionar el sesgo en la IA
A medida que la IA avanza rápidamente, la humanidad se enfrenta a un impasse ideológico sobre cómo gestionar esta nueva tecnología. La opción es clara: permitir que los gobiernos y empresas dominen cómo se entrena y utiliza la IA, o exigir nuevos modelos de gobernanza fundamentados en la transparencia, la regeneración y el bien público.
El problema del sesgo es un problema de datos y gobernanza
La IA generativa actual se entrena en conjuntos de datos limitados y está gobernada por actores centralizados, como xAI y OpenAI, con poca responsabilidad pública. Entrenar un modelo de lenguaje grande con un conjunto de datos restringido resulta en modelos que refuerzan sesgos, no reflejan perspectivas diversas y socavan iniciativas equitativas. Por ejemplo, Grok causó controversia para la gigante de las redes sociales debido a sus respuestas extremistas a ciertos mensajes tras una actualización.
Las comunidades descentralizadas pueden abordar este problema mediante la gobernanza comunitaria, permitiendo un nuevo enfoque en el entrenamiento y la democratización de la IA. Cambiar la filosofía fundamental hacia el consenso, la propiedad, la privacidad y la comunidad mitigará las connotaciones negativas que predominan en el discurso actual sobre la IA.
Centralización como amenaza para el bien común de la IA
Más del 60% del desarrollo de IA líder en el mundo está concentrado en un solo estado de EE. UU., California, lo que refleja una alta centralización de influencia. Este desequilibrio no solo es geográfico, sino también político y económico. Por ejemplo, xAI fue demandada por usar turbinas de gas en Memphis, Tennessee, para alimentar sus centros de datos, lo que representa un desajuste claro entre el gobierno local y la demanda de regulación ambiental por parte de la población.
Las comunidades descentralizadas ofrecen una alternativa: ciudadanos digitales que co-crean marcos de gobernanza para la IA. Las organizaciones autónomas descentralizadas (DAOs) permiten a los participantes proponer, votar e implementar salvaguardias e incentivos, transformando la IA de una herramienta de control a una infraestructura orientada al bien común.
Hacia una gestión y aplicación de IA transparentes y regenerativas
La mayoría de los sistemas de IA actuales operan en cajas negras algorítmicas, produciendo efectos en el mundo real sin la suficiente supervisión humana. Desde algoritmos de contratación sesgados hasta sistemas de triaje en salud opacos, las personas están cada vez más sujetas a decisiones automatizadas sin poder en cómo se toman.
Las comunidades descentralizadas permiten la gobernanza en cadena y registros públicos transparentes. Las personas pueden ver cómo se establecen las reglas, participar en su formación y salir si no están de acuerdo.
La próxima fase
Los estados-nación tradicionales luchan para regular adecuadamente la IA debido a la obsolescencia del contexto digital de los legisladores, políticas fragmentadas y una dependencia excesiva de líderes tecnológicos heredados. Los estados descentralizados están construyendo modelos desde cero, utilizando herramientas nativas de blockchain, coordinación descentralizada y gobernanza programable.
Las DAOs, comunidades digitales abiertas y públicas impulsadas por un propósito, pueden desbloquear una nueva era de desarrollo de IA. Estas comunidades pueden alinear incentivos y construir una IA participativa, representativa y regenerativa integrando blockchain descentralizado con IA generativa y agente.
Fundamentos para el futuro del bien colectivo
La IA debe ser considerada un bien público, no meramente una herramienta de eficiencia. Los nuevos sistemas de gobernanza deben ser abiertos, transparentes y liderados por la comunidad para lograr esto, fomentando una innovación y planificación de desarrollo justa e inteligente. Podemos construir estos sistemas hoy al abrazar los aspectos inclusivos, tecnológicos y filosóficos de los estados descentralizados y las DAOs. Priorizar la inversión en infraestructura que apoye la soberanía digital y el cuidado colectivo es esencial para diseñar un futuro de IA que beneficie a las personas, no solo a los beneficios económicos.