Por qué la gobernanza importa más que nunca
La inteligencia artificial (IA) está transformando la manera en que trabajamos, nos conectamos con los clientes y gestionamos negocios. En el contexto actual, este cambio está acelerándose notablemente.
Comportamiento arriesgado de la IA
Las empresas necesitan plataformas de gobernanza diseñadas para monitorear y gestionar centralmente la creciente fuerza laboral digital. Con el país escalando nueve lugares para alcanzar el puesto 56 en el Índice de Preparación para la IA del Gobierno 2024, se reflejan mejoras en inversiones, infraestructura y políticas relacionadas con la IA.
Se espera que el mercado nacional de IA alcance casi $950 millones para 2025, proyectándose que se cuadruplique a $3.85 mil millones para 2031.
Sin embargo, a medida que la adopción se acelera, también lo hace la complejidad. Un desarrollo significativo en la IA es la aparición de la IA agentiva: una nueva generación de sistemas que actúan con autonomía creciente. Estas herramientas inteligentes se están implementando para acelerar la toma de decisiones, optimizar operaciones y mejorar la experiencia del cliente. Según la International Data Corporation (IDC), casi el 70% de las empresas en la región Asia-Pacífico creen que los agentes de IA perturbarán sus industrias en los próximos 18 meses.
La oportunidad es clara, al igual que el riesgo. La pregunta ahora es si la gobernanza puede evolucionar lo suficientemente rápido para mantener el ritmo.
La gobernanza establece las reglas
Los agentes de IA representan una nueva clase de sistemas digitales que funcionan como asistentes virtuales, aprendiendo en tiempo real y tomando decisiones de manera independiente. Ofrecen rapidez, eficiencia e innovación escalable; sin embargo, sin la supervisión adecuada, representan riesgos serios.
Investigaciones de Deloitte muestran que solo uno de cada cuatro ejecutivos en el país se siente completamente preparado para gestionar los riesgos y desafíos de gobernanza asociados a la IA. Las preocupaciones varían desde resultados poco confiables y uso indebido de la propiedad intelectual hasta incumplimiento regulatorio y falta de transparencia.
A pesar de su inteligencia, los agentes de IA pueden comportarse de manera impredecible, produciendo resultados sesgados, filtrando datos sensibles o generando contenido engañoso, conocido comúnmente como “alucinaciones”. Sin una gobernanza adecuada, los riesgos pueden superar los beneficios.
Por ello, la gobernanza debe integrarse desde el inicio. Sin reglas claras, datos de alta calidad y supervisión humana, incluso la IA más avanzada opera a ciegas, lo que podría llevar a la caída de un negocio.
Gobernando la IA a gran escala
El país está sentando las bases para un desarrollo responsable de la IA. La Hoja de Ruta de la Estrategia Nacional de IA 2.0 y el Centro de Investigación en IA (CAIR) indican un fuerte compromiso con una IA ética e inclusiva. El enfoque está en garantizar que los sistemas sean transparentes, explicables y responsables.
No obstante, las empresas son conscientes de que el camino es complejo. La investigación de Boomi destaca la necesidad urgente de integrar la seguridad, la privacidad y el cumplimiento en cada etapa de la implementación de la IA. El 45% de las organizaciones citan estos aspectos como sus mayores desafíos para escalar la IA de manera efectiva.
A medida que los agentes de IA se vuelven más comunes, las herramientas heredadas no serán suficientes. Las empresas necesitan plataformas de gobernanza diseñadas para monitorear y gestionar la creciente fuerza laboral digital. Estos sistemas de próxima generación no solo supervisan, sino que también definen, hacen cumplir y evolucionan las políticas para mantener la IA ética y alineada con los valores comerciales. Con características como la gestión de API y catálogos de agentes de IA, rastrean entradas, lógica de decisiones, diseño de modelos e historial de uso.
Crucialmente, pueden detectar y detener comportamientos arriesgados, especialmente en entornos donde múltiples agentes operan simultáneamente. Este nivel de supervisión empodera a las organizaciones para innovar con confianza, sabiendo que su IA es segura y responsable.
La tecnología por sí sola no resolverá el problema
La gobernanza de la IA no es solo un tema técnico; también es cultural. Muchas organizaciones enfrentan resistencia interna, roles indefinidos y confusión sobre lo que implica una gobernanza eficaz.
Abordar estos desafíos comienza con la educación y la comunicación abierta. Los líderes deben discutir la IA de manera transparente, involucrar equipos interfuncionales y asegurarse de que todos comprendan sus responsabilidades. El objetivo es establecer estándares de gobernanza que sean claros y consistentes en toda la organización.
En última instancia, se trata de mantener el ritmo con el paisaje evolutivo, gestionar los riesgos relacionados con la IA y construir confianza a través de la transparencia con usuarios, clientes y partes interesadas.