La Doctrina de IA Incierta de Trump
En la reciente cumbre de París sobre inteligencia artificial (IA), el Vicepresidente JD Vance declaró que Estados Unidos seguiría su propio camino en la IA y se opuso a las regulaciones de seguridad “excesivas” de la Unión Europea que sofocan la innovación. Esta crítica es válida; sin embargo, en este momento crucial de la revolución tecnológica, no está claro cómo Estados Unidos promoverá la rápida innovación sin comprometer la seguridad.
La IA avanza más rápido de lo que cualquier persona imaginó. En 2019, apenas podía contar hasta diez. Hoy en día, supera a los humanos en pruebas de física, biología y química. La carrera entre EE.UU. y China para desarrollar una inteligencia de máquina que supere la inteligencia humana está acelerando este progreso. Cuanto más avanzada se vuelve la IA, más fundamental será para la vida moderna y el poder geopolítico. Sin embargo, junto con el inmenso potencial de la IA, surgen riesgos sustanciales. El miedo a estos riesgos ha dividido a la comunidad tecnológica, y las encuestas muestran que más de dos tercios de los estadounidenses apoyan el desarrollo responsable de la tecnología.
El Enfoque de Trump hacia la IA
El Presidente Donald Trump podría encontrar un equilibrio apropiado, a pesar de su impulso por la deregulación y la innovación, y su silencio sobre la supervisión y la mitigación de riesgos. El Congreso apoya la innovación con salvaguardias, y el Informe Final del Grupo de Trabajo sobre IA de la Cámara proporciona un plan para los líderes de la industria. Además, liderar en IA significa liderar la innovación manteniendo la confianza pública, como Trump reconoció en su primer mandato.
La confianza requiere salvaguardias, y las encuestas muestran que cuando los funcionarios de la administración discuten la deregulación, no apuntan a las reglas de seguridad de ingeniería, sino a eliminar reglas de diversidad. La seguridad de la IA abarca tanto la seguridad de ingeniería como los impactos sociales.
Modelos de Gobernanza de la IA
Estados Unidos carece de legislación federal integral específicamente para regular la IA. En cambio, su modelo de gobernanza se basa en decretos ejecutivos, siendo el más importante el orden de seguridad de IA del ex presidente Joe Biden. Este orden, el más completo de su tipo, se basa en las iniciativas de la primera administración de Trump destinadas a mantener el liderazgo estadounidense en IA y promover una IA confiable.
El informe del Grupo de Trabajo sobre IA de la Cámara propone utilizar leyes y regulaciones existentes para desarrollar regulaciones específicas de IA por sector. Esto pone a las agencias federales con profunda experiencia sectorial a cargo de regular la IA en las industrias bajo su jurisdicción y determinar cuándo son necesarias leyes específicas de IA.
Desafíos de la Regulación de Modelos de Lenguaje Grande
El informe no aborda los desafíos únicos y transversales que plantean los modelos de lenguaje grande (LLMs). Los LLMs, como ChatGPT, son mal entendidos, incluso por sus creadores. Generan información falsa o engañosa, lo cual podría tener consecuencias catastróficas en sectores de alto riesgo como la salud y las finanzas.
Innovación vs. Seguridad
A medida que la presión por superar a China se intensifica, el anuncio de enero de 2025 sobre los laboratorios de IA chinos que desarrollaron modelos de razonamiento ha sorprendido a la industria y a la administración. La rápida innovación china, a pesar de las restricciones de EE.UU. sobre el acceso de Pekín a chips de IA, está empujando a Washington a priorizar la innovación y facilitar posibles barreras regulatorias.
La falta de un marco global de gobernanza de IA podría costarle a Estados Unidos. Si bien América lidera los ecosistemas de IA más exitosos del mundo, China está alcanzando rápidamente a EE.UU., a pesar de sus regulaciones centralizadas de seguridad.
Conclusiones sobre la Doctrina de IA
La doctrina de IA de Trump probablemente se asemejará a la de Biden, compuesta por iniciativas para impulsar la innovación, órdenes ejecutivas sobre seguridad, y fomentar legislaciones de seguridad del Congreso. A medida que los gobiernos lidian con la inmensa promesa y los riesgos aterradores de la IA, sería prudente adoptar un enfoque que integre salvaguardias significativas en su gobernanza de IA.
La IA está destinada a convertirse en la tecnología estratégica central del siglo XXI. El desafío para Estados Unidos es claro: mantener el liderazgo en el desarrollo de IA mientras se asegura la seguridad y la confianza pública.