Instituto de Seguridad de la IA: Liderando la Carga por la Seguridad Global de la IA
El impacto de la inteligencia artificial (IA) trasciende fronteras nacionales, lo que hace que la gobernanza compartida sea un marco esencial para gestionar sus riesgos y oportunidades. La gobernanza compartida implica procesos de toma de decisiones colaborativos que reúnen a múltiples partes interesadas, incluidos gobiernos, el sector privado, la academia y la sociedad civil. Este enfoque prioriza la inclusividad, la transparencia y la responsabilidad, asegurando que ninguna entidad única domine la gobernanza de la IA.
Precedentes históricos, como el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), destacan el valor de las estructuras de gobernanza multilateral. Sin embargo, la IA plantea desafíos únicos, incluida su naturaleza de doble uso y su rápida evolución, que requieren mecanismos de gobernanza adaptativos y prospectivos. La gobernanza global de la IA debe adaptarse a las características y desafíos únicos de la IA, equilibrando flexibilidad e innovación.
El Panorama Global: Reino Unido, EE. UU., China y la UE
El Reino Unido
En la reunión global de seguridad de la IA de 2023 en Bletchley Park, el Reino Unido lanzó el “Instituto de Seguridad de la IA (AISI)”. Este instituto busca posicionarse como un centro global para la investigación y la formulación de políticas sobre la seguridad de la IA, enfatizando el concepto de gobernanza compartida.
Central a la misión del AISI es la creación de una plataforma neutral donde diversas partes interesadas—gobiernos, líderes de la industria e investigadores—puedan colaborar para abordar los riesgos asociados con los sistemas avanzados de IA. Esta plataforma busca fusionar la necesidad de normas regulatorias estrictas con la ambición de establecer un marco de gobernanza de IA.
La Unión Europea
La Unión Europea ha establecido el Reglamento de Inteligencia Artificial (AI Act), que entró en vigor el 1 de agosto de 2024. Este reglamento crea un marco legal integral para la regulación de la IA dentro de la UE. El corazón de esta iniciativa es la creación de la Oficina Europea de Inteligencia Artificial, encargada de implementar y hacer cumplir el AI Act.
La Oficina de IA tiene el mandato de supervisar el cumplimiento de los sistemas de IA, especialmente aquellos clasificados como de alto riesgo. Además, fomenta la colaboración entre los Estados miembros de la UE y participa en diálogos internacionales para armonizar estándares y prácticas de IA a escala global.
Los Estados Unidos
El gobierno federal de EE. UU. ha estado trabajando para establecer un marco de gobernanza para gestionar los riesgos asociados con las tecnologías impulsadas por la IA. En octubre de 2023, el presidente Biden emitió una orden ejecutiva sobre el Desarrollo y Uso Seguro, Seguro y Confiable de la Inteligencia Artificial. Esta orden establece la base para la supervisión integral del desarrollo de la IA en EE. UU.
A pesar de este progreso, persisten desafíos. EE. UU. todavía carece de una estrategia federal unificada para la gobernanza de la IA, con esfuerzos fragmentados entre estados y agencias federales.
China
El enfoque centralizado de China hacia la gobernanza de la IA contrasta con el modelo descentralizado de EE. UU. El gobierno chino ha implementado medidas regulatorias estrictas, como la “Regulación de IA Generativa” introducida por la Administración del Ciberespacio de China (CAC).
Las ambiciones de IA de China no se limitan a su esfera doméstica. El país ha realizado inversiones sustanciales en investigación de IA y ha buscado activamente colaboraciones internacionales, posicionándose como un líder global en IA.
Regulación sobre Innovación?
El camino hacia una gobernanza compartida efectiva está lleno de desafíos. Las rivalidades geopolíticas, particularmente entre EE. UU., China y la UE, arriesgan fragmentar los esfuerzos globales para regular la IA. A medida que avanzamos, es esencial que se establezca una institución internacional que no solo trabaje para prevenir el daño que la tecnología puede causar, sino que también persiga activamente el potencial positivo que la IA puede brindar para el bienestar colectivo.