América Latina enfrenta la decisión de desarrollar una gobernanza de inteligencia artificial (IA) en sus propios términos o convertirse en una colonia regulatoria de Silicon Valley y Bruselas. Con marcos regulatorios claros, la región puede atraer inversiones responsables y proteger la innovación local.
La gobernanza de la IA podría entenderse mejor a través del realismo mágico, donde lo extraordinario se mezcla con lo cotidiano. Este enfoque nos permite confrontar nuevos dilemas éticos y asegurarnos de que la magia de la tecnología sirva a la humanidad.
El Senado de EE. UU. está a punto de aprobar una disposición controvertida que impide que algunos estados regulen la inteligencia artificial (IA) durante los próximos cinco años. Esta medida ha sido respaldada por empresas tecnológicas y firmas de capital de riesgo, pero ha enfrentado oposición de algunos senadores republicanos.